Oza, facendo familia

Oza no siempre fue A Coruña

La historia de los barrios ha configurado su desarrollo a lo largo de los años. Esto ha provocado que en ñas ciudades existan pequeñas comunidades bien diferenciadas, con un no sé qué especial que puede observarse a simple vista. A más particularidad histórica, más evidente se hace lo genuinamente propio del barrio. Oza, en sus particularidades es un barrio de esos que derrochan personalidad por sus cuatro costados.

Oza no siempre fue A Coruña
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Oza

Oza no siempre fue A Coruña. Antes, Santa María de Oza formaba su propio ayuntamiento que, de hecho, triplicaba la extensión de la urbe. Tenía su propio alcalde y era independiente de la ciudad herculina. Algunos cuentan que en una ocasión, con motivo de la inauguración de la construcción del ferrocarril coruñés, Isabel II visitaba la ciudad con su pequeño Alfonso siendo todavía poco más que un bebé. El niño debía de tener una perrencha regia porque no paraba de llorar. Fue entonces cuando el alcalde de Oza, ni corto ni perezoso, cogió al pequeño príncipe en brazos, a ver si calmaba el llanto. En efecto, calló y de ahí la frase de: “El alcalde de Oza hizo callar al rey.”

Anécdotas históricas aparte, para cuando en 1912 Oza fue anexionada a A Coruña, contaba con 9.000 habitantes dedicados sobre todo al cuidado y labranza del campo. Estos agricultores no se mostraban nada proclives a la anexión, no estaban de acuerdo. Ellos preferían continuar siendo independientes. No obstante, la realidad de los 50.000 coruñeses faltos de espacio, hizo decantar la balanza acabando con un pueblo y haciendo nacer nuevos barrios herculinos.

Oza lleva a sus espaldas muchos siglos. En el XI ya se tiene constancia de la existencia de una Iglesia en el territorio. Todo este haber histórico, la dota de una personalidad propia y de grandes recuerdos. Tuvo su propio castillo, el de San Diego que junto a San Antón y Santa Cruz, formaba un triángulo defensivo que protegió a la ciudad de los barcos de potencias que pretendían entrar a España por nuestros mares del norte. Una iglesia, una capilla, casa consistorial y taberna son algunos de los vestigios que todavía se conservan de este antiguo pasado del pueblo. Aunque es cierto que, cada vez más, estos recuerdos los ocultan las nuevas construcciones y el crecimiento demográfico; hay algo en Oza inconfundible y que sospechas solo con poner un pie en el barrio.

Sin embargo los barrios no son solo su pasado. Lo más importante es el presente que viven y el futuro que construyen. En Oza existen personas que dedican su vida a la batalla por el barrio, que se preocupan por devolverle al barrio una vida que, poco a poco, se ha ido fugando hacia el centro y que ya es hora de que regrese a las aceras de siempre. La historia futura de Oza y de su progreso la escriben ellos, quienes apuestan por ella y se esfuerzan en su crecimiento.

Marta, de Serviglass

Serviglass, reparación y venta de relojes

Hoy hemos hablado con Marta Fernández de Serviglas hace 8 años que abrió su negocio en Oza y Sergio Villar de Ecociña hace unos meses que ha abierto las puertas de su negocio. Nos acompañan en nuestro día a día ofreciéndonos lo mejor de ellos mismos y de su negocio

Marta Fernández, propietaria de Serviglass, como ella la denomina Tienda Taller de relojería con complementos en acero y plata. Realiza en su taller variedad de grabados, artículos de regalos para bodas, bautizos, comuniones.

Una mujer llena de imaginación, que reconstruye todo aquello que “cae” en sus manos, dejando la huella del buen hacer.

La personalización de diversos materiales se uno de los puntos fuertes de Marta de Serviglass, por ejemplo necesitas personalizar un reloj, un llavero para un equipo de futbol, para una profe, lo que te puedas imagina, matiza Marta, me cuentas la idea y la realizamos. Los diseños nunca son iguales, queremos que sean diseños exclusivos para cada persona, algo especial, esto es algo que nos diferencia y que nuestros clientes aprecian mucho.

También hacemos reparación de todo tipo de relojes, de antesala, sobremesa, bolsillo, muñeca, todo tipo de relojes y además hacemos el cristal para reloj, en Galicia hay muy poca gente que hace este trabajo. Te rompe el cristal del reloj y hacemos la reconstrucción del cristal, es un trabajo muy laborioso, hay que hacer un molde y luego adaptarlo a mano a la esfera del reloj, es un trabajo artesanal, nosotros lo hacemos desde hace 20 años.

¿Cuánto tiempo hace que tienes el negocio en Oza?

En Oza llevo 8 años, es un negocio familiar, hace 20 años que mi madre abrió el primer taller en Eugenio Carré Aldao y me animé a darle continuidad pero quería algo más, una tienda que ofreciera diferentes artículos para los clientes, ya que me encanta atender a la gente y así decidí abrir la tienda taller.

Este barrio me cautivó y también el local, estuve mirando muchos bajos en diferentes zonas y cuando encontré este bajo y en esta zona quedé enamorada, ya que cumplía todas mis expectativas y no me lo pensé más.

En Marta surgen las ideas, su imaginación es como una cascada de la que surgen las ideas y posibilidades que luego plasma con pasión.

¿Por qué Oza es bonita?

Oza es una gran familia, toda la gente del barrio es gente muy trabajadora, una vez que te conoce perteneces a su familia, gente muy educada, y además conoces mucha gente, Oza es un barrio de paso hacía el centro, mucha gente que viene de afuera pasa por Los Castros, conozco muchísimos clientes de los alrededores de Coruña.

Me siento muy a gusto, me siento querida en el barrio. Oza es una gran familia.

¿Qué crees que habría que mejorar en el barrio?

Uno de los problemas es el aparcamiento, mucha gente que viene al barrio se queja de eso, solo hay un aparcamiento y está un poco alejado de aquí. Más mejoras, creo que se tiene que hacer más hincapié en esta zona, nos sentimos como un poco olvidados por el Ayuntamiento, solicitamos y pedimos muchas cosas para el barrio pero siempre nos tienen olvidados, tenemos que luchar mucho más para conseguir lo que necesitamos para el barrio.

Realmente Oza es un lugar que ofrece muchas cosas, si quieres ir a pasear por el paseo es precioso, tenemos unos parques hermosos, una peatonal estupenda, buenas plazas, y hay que mirar por las aceras que están destrozadas, el asfaltado de calles, el aparcamiento... Nos sentimos olvidados

¿Tú crees que la guía dixital es útil para que la gente conozca los comercios del barrio?

Sí, sin dudarlo, me parece una idea fantástica, independientemente de que esto sea un barrio en el que su potencial de clientes sea mayor, tenemos mucha gente joven, e internet es el que manda, y la guía permite acceder a la gente del barrio y fuera del barrio a ver la diversidad de negocios que tenemos en el barrio.

Además es muy fácil acceder a ella, está muy bien explicada, hace unos días lo comentaba con una amiga, accedimos a la guía por medio del QR y ella no conocía muchos de los negocios y le encantaba ver todo lo que hay en el barrio, me pidió varios marcapáginas para dárselo a otra gente.

Seguimos haciendo barrio.

Sergio, de Ecociña

Ecociña: Un negocio sostenible, una idea innovadora... La pasión por la cocina.

La riqueza y el valor de los barrios se esconde en las personas que los conforman y que ponen a diario su esfuerzo en hacer de ellos su paisaje del éxito. En Oza hay muchas aportaciones de este tipo. Un ejemplo de ellas es Sergio Díaz, un ferrolano de cuna que, hace un tiempo, pasó a formar parte de la familia de Oza viviendo en el barrio y abriendo en él su negocio.

Sergio es cocinero, lleva 13 años en el sector. Ha trabajado en hoteles, restaurante, bodas y diferentes eventos. Cuando el virus y todos sus cambios irrumpieron en nuestras vidas, se dedicaba a dar clases de cocina. Ante la imposibilidad de continuar dando clase, pensó que le tocaba reinventarse y nació el germen de lo que hoy es Ecociña. Todo comenzó como un obrador de cocina elaborada y, poco a poco, se ha ido convirtiendo en un negocio que, a simple vista, desprende personalidad. Ecociña no es solo un establecimiento de comida para llevar. Es también la pasión que Sergio siente por la cocina y que podemos degustar en nuestro salón, una demostración práctica de que la comida para llevar también puede ser de calidad, creativa y salpimentada del respeto que un profesional convencido le pone a su sector. Desde que el 31 de noviembre el local abrió sus puertas, todo el esfuerzo de Sergio se ha centrado en este proyecto que va más allá de lo que se ve a simple vista.

¿Por qué elegiste Oza para abrir el local?

En primer lugar porque lo conozco porque soy vecino y resulta muy cómodo, pero la verdad es que es un barrio con muchas posibilidades. Tiene gran variedad de negocios. Estoy encantado con el vecindario de negocios que tengo.

¿Qué le encuentras de motivador al barrio para establecer tu negocio?

Tener la peatonal es una gozada, creo que debería haber más calles peatonales. Es un barrio humilde de gente cercana.

¿Qué cosas tienen que mejorar en Oza?

Creo que debería fomentarse el consumir en el pequeño comercio en vez de en grandes superficies, creo que se está haciendo y que vamos por el camino correcto. No porque tenga nada en contra de las grandes superficies, que crean puestos de empleo y demás, pero deberíamos valorar ese valor añadido que tiene el pequeño comercio y lo que generan en el entorno. Más allá de que los precios sean un poco más caros. Creo que deberíamos centrarnos en fomentarlo porque al final es beneficioso para toda la zona. Cada vez se ven más locales cerrados y eso hace que las calles vayan cogiendo otro color.

¿Cuál es tu proyecto?

Intento que sea un proyecto consciente, que no solo sea un negocio que genere dinero y ya está. Tiene unas bases que quizás no se tienen muy en cuenta. Mi primera motivación era demostrarme a mí mismo que puede existir un negocio de hostelería que respete al trabajador: Sin horarios partidos, con una jornada laboral que le permita compatibilizar su vida personal con el trabajo.

En segundo lugar, la conciencia medioambiental. Aunque es cierto que nosotros utilizamos plástico en los recipientes porque no tenemos otra forma de envasar la comida para que dure una semana y no hay otro material de momento que podamos utilizar, pero sí que tratamos de paliar ese impacto plantando árboles en colaboración con Os Bíosbardos, que es otro proyecto muy chulo que hay en Cambre de permacultura y sostenibilidad. Son agricultores, pero no utilizan ningún tipo de añadidos. En colaboración con ellos también, todos los residuos orgánicos que nosotros producimos los llevamos para allí, ellos los compostan y abonan las plantas que luego nosotros recogeremos para usar aquí. Así cerramos ese círculo. Creo que es un modelo que debería funcionar e imitarse.

Otra cosa es que no tiramos nada de comida. Todo el excedente que no somos capaces de vender, el último día de la semana va para la Cocina Económica. Esa es otra manera de aportar nuestro granito a la sociedad.

¿Tenéis pensado crecer y ampliaros a otros espacios?

La idea de Ecociña si todo va bien, es crecer a nivel autonómico. Creemos que funciona, que tiene demanda... Hacemos un producto que resulta cómodo: Recibir el lunes la comida de toda la semana y no tener que cocinar... Volvemos a lo mismo, eso genera un ahorro energético porque si yo hago aquí todo junto, estamos consumiendo menos energía que si 40 familias encienden el fuego. Queremos ofrecer un producto de cercanía, de la zona... Por eso Galicia. Fuera perdería todo el sentido porque un producto deja de ser ecológico cuando recorre 4000 quilómetros. Podría exportarse a otra comunidad, pero con productos de allí. Es un negocio que pretende ser sostenible y con un impacto positivo en la sociedad.

¿Cómo valoras este corto tiempo de andadura?

Más duro de lo que me imaginaba... Que desde las instituciones solo pongan trabas, la falta de experiencia... Es la primera vez que comienzo un proyecto yo solo y es mucha responsabilidad, pero está teniendo mucha aceptación. Teniendo en cuenta el momento en el que estamos y cómo está el resto de la hostelería, haríamos mal en quejarnos. Poco a poco van surgiendo colaboraciones, intereses de gente alternativa que quiere aportar... Ideas que puedan llevarse a cabo.

¿Qué te parecen iniciativas como la guía comercial digital de Oza?

Me parece que puede ayudar. Estoy completamente seguro. Creo que es una cuestión de mentalizar a la gente y en base a estas herramientas que se les van dando lo vayan tomando como una costumbre. No hay que cruzarse tres municipios para comprar algo concreto. A lo mejor si lo buscas en la guía lo encuentras en la puerta de tu casa. Es un proceso lento que, poco a poco, iremos cambiando. La gente es muy cómoda, queremos comprar a golpe de click y tenerlo al día siguiente en casa, pero no es un modelo sostenible.

Oza no siempre fue A Coruña