Original del siglo XVI -su construcción se inició en 1587-, históricamente formó parte de la estructura defensiva de la ciudad y fue testigo -y bastión defensivo- del ataque del mismísimo pirata Francis Drake cuando todavía estaba en fase de construcción. A partir del siglo XVIII fue utilizado como prisión, función que mantendría hasta mediados del siglo XX. En 1949 fue declarado Monumento Histórico Artístico, desde 1994 pasó a ser considerado Bien de Interés Cultural (BIC) y desde mitad de los años sesenta alberga el Museo Arqueológico de A Coruña.

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