Música

Sara Sístole: Con el sueño a flor de piel

Sara Sístole nació en 1998 en A Coruña. Es muy joven todavía, pero lo tiene claro: Quiere cantar. Su pasado está íntimamente relacionado con el arte, su presente es un camino abierto a las expectativas y su futuro, a buen seguro, es ser una de las voces de referencia aquí, allá y donde quiera. Una seguridad que debe al instinto, la pasión y un tesón inconsciente que le viene de dentro.

Sara Sístole: Con el sueño a flor de piel
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Fotograma videoclip El fuego

Sara Sístole es la ternura melancólica hecha melodía. Sus letras están llenas de una sensibilidad profunda y propia de unos ojos limpios que observan hacia fuera y hacia dentro con amor, sobre todas las cosas. Su voz, en contraste más oscura, te lleva hacia una nostalgia que golpea en el estómago con fuerza y sin pedir permiso. Sara es música, es poesía, es corazón.

Los que escuchamos su nombre ya hace bastantes años, sabemos que empezó escribiendo. Era una de esas personas que leía sus poemas en YouTube y hacía que terminases repitiendo sus versos en bucle con media sonrisa pintada en la cara. Sabíamos que le gustaba la música, estudiaba trompeta... Pero un día nos sorprendió inundando las redes con canciones, con su propia música de autor. Desde entonces y hasta ahora, Sara ha apostado fuerte por dedicarse a cantar. Hoy en día se encuentra inmersa en la grabación del que será su segundo EP y que, esperemos, podremos disfrutar este verano frente a alguna puesta de sol herculina, de esas que ella extraña en Madrid.

He leído que de pequeña te quedabas dormida tarareando melodías y que creciste escuchando los discos de tus padres. ¿La pasión por la música es algo innato en ti?

Sí, cuando era un bebé me quedaba dormida tarareando.... Mi hermano y yo compartíamos cuarto y él se quejaba mucho... Eso habitaba en mí, de alguna forma. Aunque tardé mucho en decidirme a subir a un escenario porque era muy tímida.

De pequeña escribía cuentos, escribía poemas... Mi hermano es poeta y hacía recitales, así que a mí me empezó a picar el gusanillo... Pero lo de la música fue más tarde. Me levanté un día y dije: “Quiero tocar el piano”. Las clases particulares eran muy caras, así que mis padres me dijeron: “Si quieres hacer música apúntate al conservatorio”

Hice la prueba para entrar en piano, pero era muy difícil. En el conservatorio, cuando no te da la nota, hacen algo así como una subasta de los instrumentos con plazas libres. Al final escogí trompeta. A la vez le cogí la guitarra a mi hermano y empecé a aprender a tocar algunos acordes.

Estudiaste trompeta en el conservatorio y aprendiste a tocar la guitarra de manera autodidacta... ¿Qué aprendizaje prefieres tú?

Yo dejé el conservatorio porque, salvo un profesor que se saltaba el programa y me dejaba improvisar, te forman para ser intérprete. Que no está mal, pero no existe la parte creativa... Tú no puedes contar nada con tu instrumento si no hay un papel. A mí eso me fallaba y de repente conocí ese otro mundo. Porque realmente son dos mundos diferentes. De hecho yo ahora quiero formarme en guitarra, porque hay canciones que no sé ni qué acorde estoy tocando... Pero me interesaba ese proceso creativo y comparaba y, claro, al final con la trompeta yo no podía hacer nada después de 6 años si no tenía una partitura. En mi caso sí que me interesa más ese proceso libre de crear.

Empezaste a componer a los 15 años. ¿Recuerdas la primera canción que compusiste?

Es que al principio hacía melodías. De hecho mi hermano se reía un montón de mí porque hacía canciones en una especie de inglés inventado. Y luego ya la primera letra en castellano yo creo que fue para un novio que tuve en el instituto... Canciones un poco malas de amor adolescente.

Ahora sigues estudiando música ¿Verdad?

Estoy estudiando Historia y Ciencia de la Música y Tecnología Musical, un nombre larguísimo. No estoy súper contenta, pero tampoco estoy súper disgustada con él. Todo el mundo tiene sus cosas con sus grados... Me ha aportado mucha visión de las músicas del mundo.

 

¿Cómo decides dedicarte profesionalmente a la música?

Ayer lo hablaba con mi madre y me decía: “Sara, tienes que valorar que en ningún momento has dicho pues ya está, lo dejo.” Pero no tengo realmente claro por qué. Profesionalmente llevo como dos años o tres. Cuando llegué a Madrid seguía siendo como un sueño, pero como estás en la universidad no te planteas que queda poco para tener que lanzarte al mundo musical... La parte económica no te preocupa tanto. Ahora ya estoy en cuarto de carrera y empiezo a preocuparme. Por eso, hace un tiempo dije: “Intenta profesionalizarte un poco más, intenta trabajar algunas cosas.”

La decisión es algo que me ha ido surgiendo. La música es lo que más feliz me hace. No sé cuál es el futuro que me depara, pero seguiré y seguiré.

¿Cómo ha cambiado la música de Sara Sístole desde las primeras canciones en Youtube hasta hoy?

Yo creo que todos vamos dando palos de ciego a lo largo de los años, experimentando y tal. Yo empecé en un momento de canción de autor muy en auge y escuchaba mucho a Andrés Suárez y esta clase de artistas. Así que yo era canción de autor pura.

Luego, hubo una ola de compañeros cantautores que odiaban la etiqueta “cantautor” porque se había quedado anticuada y todos nos quisimos desmarcar de eso. Yo empecé a experimentar con todo esto que he hecho últimamente como “Tres lunas” y meter algo más de electrónica y hacer ahí una búsqueda... Ahora, aunque no puedo contar mucho todavía, pero el nuevo EP que va a salir antes de verano, tiene mucho más que ver con esa primera etapa.

Hay una dualidad entre lo que te gustaría hacer y lo que eres... Al final yo me doy cuenta de que en directo sigo siendo esas canciones desnudas y he intentado volver a eso.

¿Qué influencias tienes ahora mismo? ¿A quién estás escuchando?

Es que estos años han sido de escuchar mucha música. Yo vivo en Madrid y mis amigos escuchan un montón de música urbana y hay algo de ese mundo que me flipa. “El mal querer” a mí me marcó muchísimo, por ejemplo. Me parece un disco a través del que viajas. Parecía que se había perdido eso de sacar un disco con un hilo conductor como si fuera un viaje... A mí eso me gustó mucho. Ahora estoy mucho en Lola Flores, Antonio Vega, Camarón de la Isla, Paco de Lucía... Recuperando los discos de la infancia. Al final, cuando buscas tu sonido y tu esencia, yo creo que tienes que buscar en lo que escuchabas de pequeña.

Eres cantante, compositora... Pero también eres poeta ¿Cómo conviven ambas disciplinas en ti?

Para mí son dos cosas completamente diferentes. Cuando escribo poemas soy capaz de hablar de lo que quiero hablar. Por ejemplo: “Quiero hablar de la noche de ayer”. Cuando escribo canciones lo hago improvisando y, al final, es un proceso mucho más inconsciente. Tienes que analizarlo después y decir: “¿De qué habla esto?”

Entonces a veces cuando quiero hablar de algo concreto, los poemas me sirven más. Nunca he decidido explotar esa parte. También me parece que en el mundo de la poesía hay más gente que escribe y creo que es más difícil difundirlo, entonces me lo quedo un poco para mí.

Pero yo vengo de ahí, más que de cualquier otro sitio. Ya te digo, yo empecé a querer hacer cosas artísticas a raíz de escuchar a mi hermano en los recitales.

¿Sobre qué canta Sara Sístole?

Mucho sobre el amor ¿No? Es la fuente principal. Una de mis canciones favoritas, que se llama “Alma” y que da título a mi primer EP, habla de la música... Pero parece que habla de amor. Casi siempre recurro a eso porque siento que en el imaginario colectivo las canciones de amor calan más, pero a veces incluso hablan de otra cosa.

¿Cómo te planteas el futuro?

Ahora mismo estoy motivadísima. Me están pasando cosas muy buenas muy seguidas... No quiero decirlo muy alto, pero creo que esto es una carrera de fondo. Yo no voy a parar. Cuando estás grabando un disco es el mejor momento porque no hay un resultado y estás con el sueño a flor de piel.

Me había planteado hacer un máster el año que viene de gestión cultural o algo así, pero he decidido que no. Quiero cantar. Aunque sea durante un año o dos, si tengo que trabajar en cosas que no me gusten tanto lo haré, pero quiero dar espacio a romper un poco con el camino de: cole, instituto, carrera... Antes de meterme a continuar con ese camino, darme un espacio y dedicarme enteramente al proyecto.

Es 8M... ¿Qué mujer es un referente para ti?

Pues todas las mujeres de mi vida. Yo siempre he escrito en femenino, no he ocultado mi orientación sexual... Así que todos mis amores.

También hay alguien que es una de las personas que más me inspiran a día de hoy y una de mis mejores amigas: Mi amiga Lena que la admiro un montón, también hace música y últimamente crecemos mucho de la mano. No voy a decir nada, pero quizás pronto demos algún concierto juntas en Madrid.

También mi madre, mi abuela... Feminismo es eso: Lo que ocurre en las casas, las cuidadoras, las mujeres que te dan soporte.

Sara Sístole: Con el sueño a flor de piel