Este pequeño país del sur, pobre y despoblado por la emigración y la falta de trabajo, renace gracias a un modelo innovador de acogida conocido y apreciado en toda Europa, que ha integrado a los refugiados y puesto en marcha actividades que pueden crear puestos de trabajo para los residentes. Un modelo peligroso para los últimos gobiernos italianos, que construyeron consenso y éxito electoral sobre la base de una campaña de miedo, odio, desinformación y demonización de los migrantes “invasores”.
Por esta razón, en los últimos años, Riace y su alcalde, Domenico Lucano, han sido atacados en todos los sentidos, primero con el bloqueo de la financiación y luego con el arresto, la liberación, la suspensión de la orden, la prohibición de residencia en el municipio y la absurda acusación de ayudar y fomentar la inmigración ilegal y la asociación criminal contra Lucano.
Crear un amplio apoyo internacional para la candidatura del municipio de Riace al Premio Nobel de la Paz significa unirse a los numerosos municipios italianos que han concedido a Lucano la ciudadanía de honor y, sobre todo, dar una importante señal de solidaridad a quienes se oponen a ella a través de acciones concretas y graves riesgos personales a la actual deriva racista e inhumana.
