Acampa 2017

“No existe ni un plan estatal ni planes autonómicos para los refugiados”

Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España, piensa que la declaración de Coruña como ciudad de acogida “es un buen discurso, que se queda en eso”

“No existe ni un plan estatal ni planes autonómicos para los refugiados”
Medina, Cámara, Bauluz e Ricard García esta mañá en Acampa
Mesa de fotógrafos: Medina, Cámara, Bauluz e Ricard García esta mañana en Acampa.

Después de una primera jornada, la del jueves, con mucho público en los jardines de Méndez Núñez, la afluencia a Acampa se repartió esta mañana entre los jardines y el paraninfo de la Universidad. El grueso de actividades del día se concentra por la tarde. A las ocho, en la Carpa central, está prevista la conferencia de la periodista Olga Rodríguez y del director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltrán. Ambos, en compañía de Xosé Abad, al frente de la organización, y de la periodista Patricia Simón (todavía quedan plazas para su taller de mañana) ofrecieron una rueda de prensa a primera hora.

Beltrán ofreció un repaso sumario de la situación actual de los refugiados en Europa, reiteró el compromiso de Amnistía Internacional en la defensa de los derechos humanos (en la denuncia de los Estados que no los respetan, que son casi todos), y recordó algunas cifras del desastre moral en España. Durante 2016, el Estado español acogió a 88 refugiados; en los campos griegos hay 62.000. “Es el trabajo de una generación, esto no se resolverá en septiembre [cuando se cumplirá el primer año del compromiso del Gobierno Rajoy de dar refugio a 17.000 personas]”, explicó Beltrán, que trajo pocas buenas noticias. Amnistía España, avanzó, se reunirá próximamente con el Gobierno para estudiar entre otras cuestiones el protocolo que sigue Canadá desde la década de los setenta. Sucede que en España no hay un plan estatal para la acogida de refugiados ni tampoco hay protocolos autonómicos en las comunidades. “¿Por qué? Porque llegan pocos y no los quieren. No hay voluntad política”. De los esfuerzos de las administraciones locales, opinó Beltrán, que declaraciones como la de Coruña como ciudad de acogida están bien como discurso “pero los ayuntamientos no tienen capacidad para traer a los refugiados, eso tiene que hacerlo el Estado”. En cualquier caso, Beltrán agradeció la respuesta de varios concellos gallegos que han colaborado con la campaña de AI ofreciendo 219 plazas, “A Coruña no respondió”.

Olga Rodríguez ofreció luego una conferencia en el Paraninfo a la que asistieron un centenar de personas, entre ellas, el rector y el refugiado sirio, Ahmad Matar, uno de los protagonistas de la jornada del domingo. Rodríguez, que lleva una década contando los diferentes éxodos en Oriente Próximo, emocionó al público con un relato desgarrador de su experiencia en los campos de concentración para refugiados en Hungría. Volverá a contarlo esta tarde.

Normalizar las gotas de sangre

Antes de la rueda de prensa de AI y las periodistas, se celebró otra, en principio prevista para ayer, en la que se juntaron Ricard García, Javier Bauluz, Sergi Cámara, Juan Medina y Xosé Abad. Todos han traído a Coruña testimonio del horror de aquellos campos de refugiados y de otras fronteras calientes. Ellos han mostrado “la gota de sangre que hay debajo de las multiplicaciones, de los números”, según expresó Olga Rodríguez en su conferencia parafraseando unos versos de Lorca.

Medina reconoció que ellos capturan un instante en un día determinado, pero que lo que cuentan con sus fotografías, sucede todos los días, “y la mayoría de las veces no hay nadie allí para contarlo”. Sergi Cámara, que lleva tiempo a uno y otro lado de la valla de Melilla, contó cómo el Gobierno español se ha gastado cien millones en un vallado que los subsaharianos saltan con un dispositivo que cuesta dos euros y medio fabricarlo. Cámara explicó que la cobertura mediática de esa frontera ha atravesado por distintas fases. Sin acceso a los fotógrafos al principio, y luego libertad total desde que se capturó en imágenes la primera expulsión en caliente. “Es una forma de normalizar esa violencia, a fuerza de ver muchas imágenes, lo ilegal se vuelve legal”.

Ricard García describió brevemente su trabajo de años en Iraq, Siria y Líbano, “países desestabilizados, en un conflicto absoluto”. Por su parte, Bauluz, veinte años en el oficio, recordó que ha seguido a refugiados durante cinco meses atravesando nueve países y dijo que cada vez se cierran más las rutas de escape y cada vez hay más muertos. Bauluz alertó de los efectos que estas políticas están teniendo en los propios estados europeos y señaló que “se está prohibiendo ayudar al prójimo”. Ante las dimensiones de las catástrofes humanitarias en África y Asia, Bauluz cree que los periodistas sólo pueden hacer una cosa: “seguir intentando contarlo, mirar a los que huyen como personas y transmitir esa empatía para vencer al miedo que quieren meternos”.

Las exposiciones de Medina, Cámara, García y Abad junto al resto de fotoperiodistas gallegos (Irago, Teixeira, Carnotto) pueden verse en el Kiosco Alfonso. Bauluz exhibe fotos de gran tamaño en los Cantones y la Marina. 


 

“No existe ni un plan estatal ni planes autonómicos para los refugiados”