Despedimos un año que, con toda sinceridad a mí personalmente no me ha gustado. Cuando llegamos a estas fechas todo son buenas intenciones: amor, estrellitas, buenos propósitos, empatía con los que menos tienen, etcétera, etcétera. Pero llega febrero y aparecen los odios, las mentiras, la violencia, la falsedad, la hipocresía.  

¿No podríamos hacer unas Navidades de 12 meses? ¿Por qué nos empeñamos en no ser felices todo el año?

Los seres humanos somos muy malos con nosotros mismos, ensayamos 15 días de buenas formas, de sonrisas, de deseos de felicidad, vemos que eso es bueno, vemos que nos va bien, pero incomprensiblemente “pasó el día, pasó la romería” comenzado el nuevo año otra vez: criticar, reñir, ser infelices.

Mi deseo para este año que comenzamos en breve, es muy sencillo, y es fácil de cumplir: seamos felices.

Y seremos felices si seguimos sonriendo, si seguimos deseando felicidad, si disfrutamos más dando que recibiendo, si dejamos de criticar, y en su lugar tratamos de comprender, si respetamos a todos los diferentes a nosotros. 

Igual que la ciencia y la tecnología han avanzado una barbaridad los humanos seguimos con las mismas carencias en nuestro trato, no somos capaces de empatizar (puede que por el ejemplo de nuestros políticos). Aunque parezca mentira el avance tecnológico ha aumentado la desigualdad, el acoso, la difamación. 

Rompamos esta tendencia, seamos inteligentes.

FELIZ 2020. ENTERO, LOS 365 DÍAS.