La educación en un mundo conectado

Me he dedicado la mayor parte de mis 81 años a la enseñanza, a la formación de niños y jóvenes, en una palabra: he formado durante mucho tiempo, parte de la llamada “comunidad  educativa”, y tengo clarísimo lo importante que es para la formación integral de los “educandos” la convivencia en los centros de formación.
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Con toda sinceridad pienso que es totalmente imposible sustituir lo que es la vida escolar, por una formación a distancia, más que formación me apetecería más decir: por una información a distancia que, está clarísimo, no es lo mismo.  

El mundo que hemos conseguido, sin distancias, sin fronteras, con grandes libertades, con multitud de valores contradictorios pero todos válidos, etc. Que seguro son un gran avance, y un signo de modernidad y madurez cívica, tenemos que ser conscientes de que nos han traído una realidad nueva, que no tenemos más remedio que afrontar muy seriamente. 

De ahora en adelante, está claro, las pandemias aparecerán, pues el mundo “es un pañuelo” y las culturas, los usos y costumbres tampoco tienen distancias ni fronteras.

Por tanto, no se trata de suprimir las clases unos días, se trata de crear una nueva convivencia, más segura, más reglada, tendremos que renunciar  a algunas costumbres por coherencia con el bien común, que es la salud. 

La cuestión no es que los padres quieran no mandar a sus hijos al cole, lo que tienen que hacer es exigir seguridad, exigir transparencia.

Tendemos a pensar que este desgraciado episodio es pasajero, pero yo creo que un toque muy serio de atención, y lo inteligente siempre fue PREVENIR.

Hay que adaptar: costumbres, leyes, ocio, educación, a esta nueva realidad, me diréis “siempre existieron los virus” y mi respuesta es: Pero el mundo no era un pañuelo.