¿La indignación es suficiente?

Es verdad, estamos indignados, y sin duda tenemos motivos suficientes para estarlo. Pero…

Como comienza el año 2018, me he puesto a pensar en nuestra indignación colectiva, y adónde nos puede conducir este estado de ánimo, que está ya generalizado, y me surgen una serie de preguntas que quiero comentar con vosotros: ¿Será posible, que al indignarnos con: políticos, bancos, delincuentes, jefes, etc. Nos olvidemos de que nosotros también formamos parte de esta sociedad y que alguna culpa nos puede tocar?

¿Pudiera ser, que al “estar indignados” dejemos de asumir alguna de nuestras responsabilidades? Por ejemplo: ¿Hemos pensado, o hemos oído, frases como estas?

• Pues si éste no paga , yo tampoco; también tendré derecho.
• Estoy harto/a, tiran la basura en cualquier parte, pues yo también
• Es una vergüenza, y un peligro, nadie llama para solucionarlo, pues yo tampoco voy a llamar.
• Mi hijo se está haciendo un maleducado, pero todos son iguales, qué voy a hacer,  son estos tiempos….
• Tengo un compañero de trabajo que no da golpe, pues yo paso también, no voy a ser yo el tonto.

Se pueden poner más ejemplos, pero como muestra, estos nos pueden poner en situación.

Esta deriva, a pensar que todo va mal, a la que, ciertamente, nos empujan los medios de comunicación, para los que las noticias más rentables son las catastróficas, pienso yo, que no nos ayuda nada a ser felices, y ser positivos, a sentirnos ciudadanos. Es que estamos indignados ¿Y qué?

Los políticos están, porque los hemos votado nosotros, los medios de comunicación publican, lo que publican, porque eso vende, nosotros lo compramos.

No somos seres etéreos, difusos, somos una unidad en el conjunto de una sociedad, de una comunidad y las comunidades son la suma de todos sus componentes, al ser conscientes de esto ¿nos damos cuenta que si nuestra sociedad es un asco, nosotros somos un asco?

Por tanto queridos convecinos no puede bastarnos con nuestra indignación, tenemos, ante todo, que ser críticos con nosotros mismos, aportar valor a nuestra comunidad, y después, sí, exigir a los demás, para sentirnos orgullosos, para crecer, para tener una visión positiva, constructiva.

Feliz 2018. Lo mejor para Los Mallos.