El transporte marítimo emite más de 1.000 millones de toneladas de CO2 al año, tal y como señalan los datos de la Organización Internacional Marítima. Una cantidad que sólo es superada por el terrestre y el aéreo. Esta preocupación ha llevado a las navieras a comenzar a trabajar en la descarbonización de sus flotas y caminar hacia las energías renovables.

Maersk cuenta con 750 buques cuyo combustible es el diésel. La naviera se ha fijado el año 2040 como límite para haber convertido su flota en una sostenible, que utilice energías respetuosas con el medioambiente. Para ello ha elegido el Metanol Verde, un combustible ecológico.

El metanol tradicional se basa en el Gas Natural, mientras que su homónimo verde se genera a partir de biomasa o mediante la captura de moléculas de CEO2. Cierto es que el proceso es complejo y mayores los costes de producción, pero Maersk ha decidido apostar por esta alternativa. No obstante, el combustible que necesita una naviera como la danesa para mover sus barcos se cuenta en unas 20 toneladas y, aunque se ha asociado con compañías globales para conseguirlo, su proceso pasa también por producirlo ella misma. Así es como Maersk ha decidido producir unas 2 millones de toneladas del combustible en España. Concretamente en Galicia y Andalucía.

5.000 empleos directos y la salvación del puerto exterior

Aunque todavía no se ha confirmado oficialmente, fuentes cercanas al proyecto, han señalado el puerto exterior de A Coruña como el enclave gallego de las plantas de metanol verde de Maersk. La inversión en España rondará los 10.000 millones de euros, según estimaciones del coste de la producción de este combustible en la actualidad. Además podría significar la creación  de unos 5.000 empleos directos y unos 80.000 indirectos en las fases de construcción y ejecución.

La apuesta de Maersk es potencialmente muy beneficiosa para A Coruña en términos económicos. Sobre todo teniendo en cuenta la delicada situación en la que se encuentra el puerto exterior de Punta Langosteira. Utilizado al 10% de sus posibilidades, la obra se ha ido consolidando como un fracaso estratégico. Los balances cerrados año tras año en déficit, los proyectos que se caen uno tras otro y los 1.000 millones de inversión que no solo no se recuperan, sino que aumentan con renovaciones como la reciente conexión ferroviaria directa; nos permiten afirmar que, a día de hoy, el puerto exterior de A Coruña es una deuda impagable. Sin embargo, el proyecto de Maersk podría ser su más que necesaria tabla de salvación. Más todavía teniendo en cuenta la posibilidad de que el Estado se convierta en inversor y el efecto llamada que esto podría suponer para otras empresas.

Pese a todo lo positivo que el proyecto de Maersk podría traer a la urbe herculina y a sus alrededores, existe una duda al respecto. Producir metanol verde es costoso energéticamente y pasa, en el caso de Galicia, por multiplicar los parques eólicos. De hecho, fueron  las potencialidades eólicas una de las claves de la elección de  la comunidad gallega. Se prevé que de la inversión de 10.000 millones, un 40% irán destinados a las fábricas y el resto a la construcción de instalaciones renovables para generar el hidrógeno verde necesario en el proceso de producción del metanol ecológico. Hasta ahora no son pocas las agrupaciones de vecinos o la asociaciones ecologistas que vienen señalando la cuestión eólica como un problema y todo parece indicar que seguiremos caminando hacia allí.