Derechos humanos

“La sociedad civil es el principal freno a los abusos de poder, por lo que debe tener una gran capacidad de movilización” : Esteban Beltrán, Director de Amnistía Internacional España

La pandemia, el conflicto entre Rusia y Ucrania y las consecuencias económicas derivadas de ambas situaciones, han traído consigo la vulneración sistemática de derechos humanos fundamentales en todo el mundo.
“La sociedad civil es el principal freno a los abusos de poder, por lo que debe tener una gran capacidad de movilización” : Esteban Beltrán, Director de Amnistía Internacional España
Esteban Beltrán (3)
Esteban Beltrán (3)

Es este un momento clave de la historia para avanzar hacia una sociedad mejor o, por el  contrario, dejarse vencer y permitir que los poderes despóticos vuelvan a oscurecer la humanidad con su cruel reinado. 

En la batalla por la lucha diaria a favor de los derechos humanos hay una organización que todos reconocemos desde que se fundó en 1961: Amnistía Internacional. La entidad se define a sí misma como un movimiento global de más de 10 millones de personas que se toman la injusticia como algo personal. Desde 1997 Esteban Beltrán  es director de la sección española de Amnistía Internacional. Llegó al puesto después de una larga trayectoria dentro de la organización. Hoy en día es una de las voces más cualificadas de nuestro país para hablar de los derechos humanos. 

¿Qué balance hace Amnistía en cuanto a derechos humanos en estos años de frenesí con la pandemia y ahora el conflicto entre Rusia y Ucrania?

Han aumentado los riesgos de violación de derechos humanos. La pandemia ha puesto de manifiesto la imposibilidad de cooperación internacional incluso en temas tan obvios como las vacunas. Esto ha hecho que, mientras en España está vacunada el 93% de la población, en África en cambio está vacunada solo el 8%. También esto ha mostrado el poder de las empresas farmacéuticas y su negación a colaborar para que la salud de la gente mejore. Lo que se refleja en los millones de dólares que van a ganar este año con las patentes y ninguna de ellas ha llevado vacunas a países que no pueden permitirse comprarlas

Por otro lado, la pandemia también ha provocado restricciones al derecho a la protesta. El año pasado hubo como 60 países que promulgaron leyes que hacen más difícil el derecho a la protesta. Frente a esto, la pandemia ha provocado un aumento de la gente protestando en la calle y hay unos 80 países del mundo donde ha habido protestas masivas declarando una violación de derechos humanos 

Sin olvidar que esta pandemia ha provocado la muerte de decenas de miles de sanitarios, además de personal de residencia. En definitiva ha hecho un mundo peor, ya no solo por ella misma sino debido a la respuesta de los diferentes gobiernos. 

¿Cuáles son las urgencias en cuanto a derechos humanos que debemos atajar más inmediatamente? 

Yo creo que en las épocas de crisis no hay que perder el largo plazo porque si no perdemos la perspectiva. Claramente lo que necesitamos ahora es que la gente no muera de hambre. Para atajar este problema realmente lo que se necesita es un sistema de protección social internacional, un alivio de la deuda en ciertos países y un esfuerzo internacional de protección de la ciudadanía. El derecho a la seguridad social en gran parte del mundo es el gran reto al que tenemos que enfrentarnos. Es una primera parte de las urgencias que hay que atender.

Una segunda urgencia es la parte de salud que sigue siendo un reto importante. Necesitamos que la gente se vacune y que las empresas entreguen las patentes, porque no hacen más que beneficiarse sin importarles la vida o la muerte de las personas. Sería importante reconocer la labor de empresas como IPRA con la que estamos en contacto, una empresa española financiada con dinero público, que pretende diseñar su propia vacuna para compartir la patente de forma libre. 

Un tercer punto sería remediar la represión que está habiendo contra el derecho a la protesta.  Este acto es muy serio porque hace que el resto de derechos queden ocultos, invisibles. Si tu  no tienes forma de protestar cómo el mundo va a saber que tus derechos están siendo violados.  En España por ejemplo mantenemos el derecho de organización y reunión, pero con amenazas. Tenemos una ley mordaza que se vale de la ambigüedad de la desobediencia a la autoridad para desalentar toda protesta pacífica. 

En España concretamente ¿qué urgencias en cuanto a derechos humanos encontramos en el país?

Bueno, además del derecho a protesta en España el derecho a la salud está en un claro riesgo. La atención primaria en España debería cubrir como marca la OMS el 25% del presupuesto de salud, teniendo en cuenta que es el lugar donde acudirán el 70% de las personas en su vida. Lamentablemente en España solo se aplica el 14% del presupuesto a la atención primaria. Así, en los últimos 10 años no ha habido más que desinversión en atención primaria. 

En Amnistía hemos analizado recientemente los presupuestos del año 2022 de todas las comunidades autónomas y nos hemos encontrado que hay una parte de estas que no tienen datos… gravísimo. También destacar que la única comunidad autónoma que desinvierte en salud es Galicia. 

¿Vamos a poder juzgar los crímenes de guerra de este conflicto?

Si no se juzgan el conflicto se prolongará ad eternum. Nuestra experiencia con los conflictos nos dice que la única manera de que cese es que se rindan cuentas. La verdad es esencial en esto, tanto individual como colectiva. Cómo lidias con el pasado es lo que hace que un país tenga futuro o no. Por ello, en España, hay dificultades para poder acceder a un futuro ya que no logramos reconciliarnos con las cuestiones del pasado. Aparte de esta cuestión de futuro, la verdad te permite aprender, a comprender y a rectificar. 

En el caso de la agresión de Rusia a Ucrania, todavía estamos en mitad de la guerra. Ahora lo más urgente primero sería proteger a la población civil. Mantener abiertas las fronteras, poner a funcionar los corredores humanitarios. De todas formas sin descuidar el futuro y el largo plazo, nosotros y otros estamos documentando los crímenes de guerra y esperamos que esto sea tarde o temprano parte de un juicio en la corte penal internacional y que se lleve a los responsables ante la justicia. Eso sí, el país agresor tiene que saber que los crímenes cometidos en Ucrania son en todo caso imprescriptibles y que el paso del tiempo no protege a sus perpetradores. En algún momento tiene que haber justicia, porque de lo contrario las cosas se repiten.

Entonces… ¿Podemos tener confianza en que sean juzgados?

Bueno, la confianza se construye movilizándose y trabajando. La confianza en términos genéricos no. En 2014  y 2015 Rusia invadió la península de Crimea,  Donetsk y Luhansk. Se cometieron crímenes de guerra por ambas partes y no pasó nada. Esto es una muestra más de que no se pueden tolerar los abusos, porque de lo contrario se repiten. Por lo tanto, no creo que podamos tener la confianza pero hay que trabajar por ella.

¿Hay refugiados de primera clase y de segunda clase?

Sí, sin duda se está utilizando una doble vara de medir clarísima. Europa en sus prácticas de acogimiento de los ucranianos está ejemplificando cómo se debería acoger a todo el resto de los refugiados. Están abriendo las fronteras, dándoles un lugar a donde ir, proporcionándoles  un medio de subsistencia… Que los niños puedan ir al colegio sin problemas, que puedan rehacer su vida… Esto es lo que deberíamos hacer con todas las personas refugiadas. Lamentablemente no fue así, pues el mismo día que recibimos con los brazos abiertos a los ucranianos golpeamos con porras a los subsaharianos que llegan a Melilla que probablemente necesitaban el mismo apoyo.

En mi opinión hay un componente de racismo. No se puede argumentar que sea por motivos culturales. Es evidente que la cultura ucraniana y la española no tienen nada que ver y que incluso tendría mucho más que ver con Marruecos,  con Argelia o América Latina. Yo creo que todo tiene que ver con el racismo. 

La baza a nuestro favor es que ahora que se han modificado las políticas para acoger a los ucranianos es mucho más difícil volver a una política puramente negacionista del derecho al refugio... ¿Con qué cara se va ha hacer?. Yo creo que eso es importante. Ahora que sabemos que todo eso se puede hacer es muy difícil que no lo apliquen a otros países. Dicho esto, es importante reconocer como Alemania recibió a los refugiados en la crisis de Siria. Donde se acogía a más de 1 millón de refugiados. Esto no solo reconoció fuerza moral y legal sino que también práctica. Casi todos los sirios que llegaron a Alemania fueron integrados en el mercado laboral alemán. Esos mitos van cayendo.

No debemos olvidar que en Europa y en el mundo hay una afluencia de políticas de odio, de odio al otro. De considerar que hay unos seres humanos que no son iguales a los otros si no que son inferiores. Ese concepto que habíamos logrado evitar después de la segunda guerra mundial, donde todos los seres humanos nacemos libres e iguales al menos en calidad de derechos se está perdiendo. Si esta concepción deja de prevalecer, volveremos a una época sombría como fue la de los 30 

¿Qué puede hacer la sociedad civil para proteger los derechos humanos tanto propios como ajenos?

La sociedad civil es el principal freno a los abusos de poder, por lo que debe tener una gran capacidad de movilización. Cuando hablamos de más de 80 países donde ha habido movilizaciones masivas no es más que la sociedad civil presionando al poder. Debemos reconocer las grandes movilizaciones de masas: El feminismo, los movimientos indígenas, los movimientos de organismos locales y el poder popular… Son esenciales. Para eso necesitas una enorme independencia de la sociedad civil con respecto a los poderes: Económica, de orientación y de todo tipo. Sin una sociedad civil movilizada y atenta a los abusos de poder, estos serían mucho peores. Yo me pregunto si en los casos de pobreza y hambre hay una movilización suficiente de la sociedad civil. Debemos aprender de los grandes movimientos de movilización históricos: Contra la pena de muerte, contra la esclavitud… ya que cambiaron la situación. No debemos olvidar los movimientos locales. Ya hemos visto cómo en Chile la enorme movilización de la sociedad civil, con costes, ha ocasionado una nueva constitución y cambios importantes.

Se empiezan a escuchar voces que proponen refundar la ONU ¿Estarías de acuerdo con eso?

Vamos a ver, aquí hay dos puntos: Uno es que yo creo que hay que aprovechar la parálisis en la participación de Rusia como agresor en el Consejo de Seguridad para cambiar el derecho de veto. Lo que se intenta por parte de los gobiernos y la sociedad civil organizada es que cuando se discuta sobre crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad en el consejo de seguridad no haya veto. Es difícil, pero es un camino. Lo que ya se ha logrado es que  cada vez que el Consejo de Seguridad entre en parálisis en debatir si se han cometido crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad la Asamblea General toma el liderazgo. Esto ha sido un cambio importantísimo porque siempre hay intereses de alguno de ellos. 

Dicho esto, es verdad que la ONU tiene importantes carencias, pero ahora mismo los demonizadores de mujeres, migrantes, personas con discapacidad etc. son los mismos que dicen que la ONU no sirve para nada. Entonces… Al contrario, el sistema internacional de leyes nos acerca al ideal de una sociedad con los mismos derechos sino volveríamos a un sistema selvático en el cual cada país aplicaría su soberanía nacional y… olvídate. Por eso yo soy partidario de una reforma muy parcial, pero no soy partidario de una revisión completa de la ONU porque puede llevar a que gobiernos como Estados Unidos o China cuestionen aspectos básicos resueltos ya hace 70 años.

Para finalizar… ¿Qué proyectos tiene Amnistía Internacional en España?

Ahora mismo acabamos de aprobar unas líneas de trabajo para los próximos años. Nuestras máximas prioridades van en España desde la libertad de expresión y de reunión: Acabar con las amenazas incluyendo toda la parte de tecnología, inteligencia artificial, sistemas de espionaje, algoritmos discriminatorios con colectivos…

Una segunda parte tiene que ver con la desigualdad, siendo esta uno de los principales caldos de cultivo para las violaciones graves de derechos. España es un país desigual en el que la clase media se reduce cada día más y aumentan las personas ricas frente a las personas empobrecidas. Ahí debe de haber una reestructuración social, que se recuperen las inversiones en materias de salud. Que haya una ley de vivienda que permita el acceso a vivienda en democracia.

Hay un elemento transversal a todo esto que es el género, pues tanto en el mundo como en España sigue habiendo una seria desigualdad entre hombres y mujeres, ya no solo violencia, sino también en los salarios y en muchos otros aspectos que sitúa a más de la mitad de la población en una situación de vulnerabilidad social. Un último elemento también transversal tiene que ver con el racismo. Que constituye una de las amenazas más grandes a la igualdad de derechos. Por lo que es también una prioridad por nuestra parte.

“La sociedad civil es el principal freno a los abusos de poder, por lo que debe tener una gran capacidad de movilización” : Esteban Beltrán, Director de Amnistía Internacional España