Salud

¿Cuál es la relación entre el trauma y los trastornos de la conducta alimentaria?

El pasado 3 de abril, el hospital de día de Ita A Coruña celebró una jornada en el  Hotel Avenida sobre “Los procesos traumáticos y su relación con los TCA” • La jornada contó con la participación de Uxía Domínguez, directora del centro  de Ita A Coruña; Montserrat Guarda, coordinadora de TCA de Ita; y, Anabel  González, psiquiatra, psicoterapeuta y doctora en Medicina. 

 

¿Cuál es la relación entre el trauma y los trastornos de la conducta alimentaria?
Jornada Ita A Coruña
Jornada Ita A Coruña

Vivir experiencias adversas en la infancia, especialmente abusos sexuales,  aumentan el riesgo de suicidio en adolescentes y multiplican por 4 el riesgo  de sufrir depresión en la edad adulta. 

Lo primero y más importante cuando hablamos de trauma y TCA es explicar qué es exactamente  el trauma. “La palabra trauma deriva del griego y significa herida. Una definición más exacta de  trauma sería: una herida duradera que puede ser provocada por variadas situaciones. Y este  trauma emocional, es una herida psicológica provocada por situaciones extraordinarias,  abrumadoras y perturbadoras, siendo situaciones altamente estresantes para cualquier  persona -imaginaos para los más pequeños, o los más jóvenes- que suponen una grave amenaza  para la vida y la integridad de las personas que lo sufren”, explica Montserrat Guarda.  

Los procesos traumáticos como puede ser el abuso sexual en la infancia o adolescencia están  íntimamente relacionados con los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). La necesidad de  estar atentos a la detección del trauma es imprescindible para considerar las especificaciones  del tratamiento y del acompañamiento que se da a la persona.  

Las personas tenemos recursos para gestionar las situaciones que vivimos. El problema ocurre  cuando tratamos con experiencias traumáticas, ya que estás desbordan por completo a la  persona hasta el punto de llegar a desregular emocionalmente y desencadenar trastornos de  salud mental como podrían ser el caso de los trastornos de la conducta alimentaria.  

Anabel González explica que “el trauma sexual se relaciona más con los perfiles de anorexia,  aunque podemos encontrarnos otros tipos de patología. ¿Por qué puede estar relacionado? Hay  muchas rutas, unas son más obvias o simbólicas. Yo tengo la sensación de asco y hace que yo  me relacione con mi cuerpo de una forma particular. Sentir que mi cuerpo ha sido el culpable  de que pasara eso. Si mi cuerpo desaparece, evito miradas y me protejo. Igual si dejo de tener  curvas. Y también ocurre con la vergüenza: esa vergüenza se filtra hacia dentro y entonces me  siento yo con vergüenza. También nace una necesidad de control: ¿qué puedo controlar? Mi  cuerpo, la comida, por ejemplo”.

Cuando hablamos del tratamiento de los TCA es muy importante conocer y ajustar el  tratamiento según el tipo de problema que tenga la persona para poder llegar al núcleo del  problema y tratar qué está causando estos problemas. Para poder adecuar el tratamiento a las  necesidades concretas de la persona es primordial saber si se trata de un TCA con depresión,  qué tipo de apego tiene esa persona, si hay disociación. 

“La disociación es una solución contra la incoherencia afectivo-cognitiva. El trauma nos mete en  la dirección de no puedo salir de aquí, solo hay dolor, no puedo hacer nada… pero por otro lado  siento que tengo que salir adelante, y vivir la vida cotidiana, es en este punto donde se disocia,  y al final, vas yendo de una dirección a otra generándose una herida mucho mayor”, comenta  Anabel. 

El tratamiento de los trastornos alimentarios que están relacionados con el trauma puede ser  complejo y requiere un enfoque multidisciplinar y coordinado. “Trabajamos con personas que  tienen prácticamente afectadas todas las áreas de sus vidas: la psicológica, la emocional, la física,  la nutricional. Debemos coordinarnos muy bien con todos los profesionales para poder entender  la complejidad que hay detrás de estos problemas y ayudar en la mejoría de los y las pacientes”,  explica Uxía Domínguez. “Hay que trabajar con nosotros mismos, promover el autocuidado,  conectar con nosotros mismos, con nuestra historia y con los demás. Es necesaria la terapia  grupal, pero sin caer en esa idea continua de qué son víctimas, sino de compartir, de crear un  espacio seguro. Además, es muy importante incorporar a las familias: cuando las familias reman,  vemos que favorece bastante a la recuperación”, añade la profesional.  

Cuando el equipo de profesionales, la persona que está sufriendo y las familias trabajan  conjuntamente en conseguir el mismo objetivo, la probabilidad de éxito del tratamiento  aumenta mucho y así lo muestran los datos de Ita A Coruña: donde el 87% de las pacientes  que inician tratamiento en el centro son dadas de alta al año por objetivo cumplidos;  y, el índice de adherencia al tratamiento es de un 90%.  

Ita A Coruña cuenta con subvenciones y colaboraciones con seguros escolares y seguros  sanitarios privados para que nadie que lo necesite se quede sin un tratamiento especializado. 

¿Cuál es la relación entre el trauma y los trastornos de la conducta alimentaria?