Matrimonio infantil: Radiografía de una tragedia

Todo niño y niña tiene derecho a la infancia, a tener una etapa donde desarrollarse en un ambiente seguro. Sin embargo, alrededor de 12 millones de niñas se casaron en 2022, siendo excluídas de ese derecho y condenando su bienestar a corto y largo plazo.

Matrimonio infantil: Radiografía de una tragedia
c0861df7-e243-4186-a7e4-58e86d0cde72
Matrimonio infantil

“A estas niñas el mundo les está dando la espalda sólo por ser quienes son”., así lo explican desde Save The Children en la petición de firmas que tienen en curso para luchar contra el matrimonio infantil. Más de 300.000 personas ya se han unido para pedirle a la Asamblea General de las Naciones Unidas que pongan el fin de la práctica del matrimonio infantil entre sus prioridades. El objetivo central es el de  presionar a los gobiernos para que se instauren los 18 años como la edad mínima legal para contraer matrimonio, se inviertan fondos en programas y planes que ayuden a que las niñas permanezcan en las escuelas y se permita que las niñas puedan hacer oír su voz frente a los líderes y gobiernos de sus comunidades mediante procesos participativos. Se puede firmar aquí: https://www.savethechildren.es/actua/acabemos-con-el-matrimonio-infantil

El matrimonio infantil en datos

 Según los últimos datos publicados por UNICEF, hay 640 millones de niñas y mujeres que viven hoy en día que se casaron en la infancia. En la actualidad 1 de cada 5 mujeres de entre 20 y 24 años, el 19%, se casaron siendo niñas. Hace 10 años el dato era bastante superior: 1 de cada 4, el 23%. Se estima que, en los últimos 25 años, se han evitado al menos 68 millones de casos de matrimonio infantil.

La cifra disminuye, pero no lo hace lo suficientemente rápido. Sobre todo teniendo en cuenta que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es el de acabar con el matrimonio infantil antes de 2030. A este ritmo de disminución, sin embargo, se tardarán 300 años en acabar con él. De hecho, las estimaciones calculan que en 2030 serán más de 9 millones de niñas las que contraerán matrimonio. Para culminar con el objetivo el ritmo debería ser 20 veces más rápido que el de la actualidad.

El desarrollo económico, la reducción de la pobreza y la mejora en el acceso al empleo y a la educación de niñas y mujeres; son algunas de las causas que explican los notables aunque insuficientes avances.

Por regiones, el 45% de las niñas casadas se han registrado en Asia meridional. seguida por África subsahariana con un 20%, Asia oriental y el Pacífico con un 15% y América Latina y el Caribe con un 9%.

India es un ejemplo paradigmático donde, pese a los avances, la lacra del matrimonio infantil sigue siendo una realidad alarmante. 1 de cada 3 niñas que se casan en el mundo viven en este país. Un 25% de las mujeres de la India se casaron antes de los 18 años. Cifra que aumenta al observar los datos concretos de alguno de los distintos estados del país. En Bengala Occidental, por ejemplo, alcanza el 42%. Esta situación se da pese a la Ley de Prohibición del matrimonio infantil que se promulgó en 2006 y que establece que la edad mínima para casarse siendo mujer son los 18 años y los 21 para los hombres, sin excepciones. Aún con todo, la región del sur de Asia ha disminuído en un 20% la tasa del matrimonio infantil en la última década, una mejora que lidera la India, sobre todo entre las niñas de familias más adineradas.

La mayor tasa de prevalencia del matrimonio infantil de todo el mundo la tiene Níger. En el país, según los últimos datos publicados en 2012, el 76% de las mujeres contraen matrimonio antes de los 18 y el 28% lo hace antes de los 15. La ley establece las edades mínimas para casarse en los 15 para las mujeres y en 18 para los hombres aunque puede contraerse antes con el permiso paterno.

Bangladés es el segundo país del mundo en términos absolutos con más niñas casadas, con una cifra de 4.382.000. También es el cuarto país en tasa de prevalencia de matrimonio infantil. En este país el 59% de las mujeres se casan antes de los 18 y el 22% antes de los 15. En 2017 se promulgó la Ley de restricción del Matrimonio infantil, marcando la edad mínima en 18 años para las mujeres y 21 para los hombres, aunque reserva la posibilidad de que una corte permita excepcionalidades en algunos casos.

No muy por detrás de las cifras absolutas de Bangladés, se sitúa Yemen que contaba con 4.000.000 de niñas casadas Antes de los 18 años, según los últimos datos de 2019. De entre ellas, 1,4 millones habían contraído matrimonio antes de los 15. En 2009 el gobierno del país llegó a redactar una ley para establecer edades mínimas y proteger a las niñas y niños del matrimonio infantil. Fue aprobada por el Consejo de Ministros, pero el golpe de estado no permitió que entrase en vigor. Desde entonces, todos los intentos en este sentido han caído en saco roto. 

Matrimonio infantil
Matrimonio infantil

Causas y consecuencias de la tragedia

Estas cifras son algunos ejemplos de datos que demuestran que el matrimonio infantil todavía mantiene una prevalencia trágica en muchas partes del mundo. Lo hace pese a lo dispuesto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde se recoge la necesidad del consentimiento libre y pleno para los esposos y esposas. Consentimiento imposible cuando una de las partes no tiene la madurez suficiente o es coaccionada por su familia o por su sociedad. Lo hace también pese al artículo 16 de la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, firmada por 186 estados, que establece que los matrimonios de los niños y niñas no surtirán efecto legal alguno y que se tomarán las medidas necesarias para fijar una edad legal mínima para contraerlo.

La superposición de escenarios de crisis que atraviesa el mundo afecta de manera sustancial a fenómenos como el del matrimonio infantil. La policrisis, tal y como la denomina UNICEF, que afecta a esta práctica es la conjunción de los conflictos armados, las consecuencias de la pandemia y el cambio climático.

Este diagnóstico lo avalan los datos de los estudios realizados por UNICEF. Se calcula que por cada año que un conflicto armado permanece activo, los avances hacia la eliminación del matrimonio infantil retrocede 4 años y es que la tasa de esta violación de los derechos humanos de las niñas y niños se duplica en estados frágiles. Por su parte, las crisis climáticas también tiene un impacto sustancial. En un año marcado por un fenómeno meteorológico extremo la prevalencia aumenta en un 18% y, por lo tanto, se borran 5 años de avances. No son menores los 10 millones de casos que se produjeron directamente por la pandemia mundial, que redujeron en una cuarta parte los matrimonios infantiles evitados.

Las familias en muchas ocasiones consideran el matrimonio como una forma de proteger a sus hijas o de aliviar las negativas condiciones económicas que atraviesan. Las crisis aumentan la probabilidad de que contemplen esta posibilidad. La protección sexual, económica y social de las niñas suelen ser los factores predominantes en esta decisión que tiene consecuencias catastróficas en la calidad de vida de las pequeñas. La inseguridad, el miedo a la violencia sexual, las crisis económicas y la interrupción forzosa de la escolarización son determinantes en la prevalencia de la práctica.

El matrimonio infantil repercute negativamente en la salud física y psicológica de las niñas. Los embarazos en la adolescencia tienen un riesgo de mortalidad y complicaciones mucho más alto que en la adultez. Además, la salida casi asegurada del sistema educativo, también empeora el acceso a los conocimientos necesarios sobre salud, educación sexual… El abandono escolar hipoteca su futuro, alejándolas de la posibilidad de aprender una profesión y encontrar una vida mejor en todos los aspectos. Este empeoramiento de sus expectativas económicas se termina transmitiendo a los hijos e hijas y genera una merma en el desarrollo de los países donde está generalizada la práctica. Por otro lado, estos enlaces aumentan el riesgo de sufrir violencia doméstica y en muchos casos conllevan el aislamiento de la niña de su familia, comunidad y entorno. Cuestión que afecta también a su integración en la sociedad y a su salud psicológica. Casarse siendo niña les arrebata la infancia y condena su futuro y su desarrollo personal y vital.

Sin embargo, pese a que muchas familias consideren el matrimonio como una medida de protección para sus hijas, los análisis realizados demuestran que supone un riesgo mayúsculo para  bienestar de las futuras mujeres. Las consecuencias del matrimonio infantil, al igual que sus causas, son trasversales y afectan a todas las áreas de la vida de las niñas.

Son muchas las entidades que llevan décadas trabajando por la eliminación total del matrimonio infantil en todas las partes del mundo. Save The Children, UNICEF o Girls Not Brides son algunos ejemplos. Pese a esos esfuerzos, todavía queda mucho trabajo por hacer. Más, si cabe, teniendo en cuenta los retos a escala global a los que nos enfrentamos en la actualidad.

Matrimonio infantil: Radiografía de una tragedia