Las personas mayores se enfrentan a diversos desafíos en este período del año, tales como enfermedades respiratorias, depresión estacional y cambios de comportamiento debido a la reducción de las horas de luz solar, así como al aislamiento social ocasionado por las restricciones de movilidad. Además, enfermedades crónicas como la artritis pueden empeorar en otoño debido a las fluctuaciones de temperatura y humedad.

Los centros de día FRAMA, ubicados en el Paseo Marítimo y en Los Castros, están firmemente comprometidos en prevenir la aparición de estos problemas al mantener activas a las personas mayores durante el día. Para lograrlo, se esfuerzan en establecer rutinas diarias estables, concentrando las actividades más estimulantes en las mañanas. Esto incluye la práctica regular de ejercicio, especialmente de tipo aeróbico, así como talleres de rehabilitación cognitiva para preservar la orientación en el tiempo y el espacio. Por las tardes, se realizan actividades más lúdicas que requieren menos esfuerzo.

Estos centros crean un entorno relajado que reduce la estimulación cerebral e invita a desconectar, adoptando el método HOUSING en su filosofía. Este enfoque se caracteriza principalmente por:

Combinar espacios privados que garantizan la privacidad con otros espacios comunes que fomentan la interacción social.

Un enfoque terapéutico basado en la realización de actividades cotidianas significativas para la persona.

Una metodología que permite a las personas mayores desempeñar un papel activo en su cuidado y atención.

Dar importancia al apoyo individual para facilitar, desde la acogida, la adaptación de cada persona y su integración en la comunidad.

Además, los centros de día FRAMA brindan apoyo a las familias para afrontar el síndrome vespertino, conocido como “sundowning”, que es más común en personas con Alzheimer y otros trastornos del sueño en esta época del año. Este síndrome se caracteriza por desorientación, ansiedad, agitación y otras alteraciones conductuales que suelen ocurrir en las últimas horas de la tarde o durante la noche.

Gracias al amplio horario que ofrecen, su equipo de profesionales compuesto por psicólogos, terapeutas ocupacionales, gerontólogos, entre otros, y la variada oferta de actividades adaptadas a personas mayores con este tipo de problemáticas, el impacto del síndrome vespertino se puede minimizar. Con el tiempo, los ritmos de sueño vuelven a ajustarse y se controlan los trastornos de conducta asociados a este síndrome.

Asimismo, las personas mayores enfrentan desafíos significativos en lo que respecta a las infecciones respiratorias. Su sistema inmunológico, debilitado por el paso de los años, los coloca en una posición más vulnerable ante enfermedades como la gripe, la neumonía y, como hemos visto recientemente, el COVID-19.

Desde los centros de día FRAMA y con su programa de vigilancia de la salud, que incluye seguimiento de los parámetros fisiológicos como la tensión arterial, el peso y la glucemia, así como el control de la medicación, se dedican a la detección precoz de síntomas. Además, promueven una estrategia de vacunación adecuada, enfatizan la importancia de una higiene adecuada y alientan a mantener un estilo de vida saludable a través de una dieta equilibrada, ejercicio regular y un descanso adecuado. Estas medidas pueden fortalecer el sistema inmunológico y reducir así el riesgo de infecciones.