"Su odio nos está matando"

En el mes del Orgullo LGTBIQ+ el colectivo se tiñe de luto y se llena de agresiones homófobas por todo el territorio español, las cuales han aumentado exponencialmente en los últimos días.

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Este mes en nuestra ciudad hemos sido testigos de uno de los crímenes más mediáticos del año: el del joven Samuel Luiz. Un grupo de gente le atacó, le persiguió y le mató a golpes al grito de “maricón”. Con solo 24 años su vida se apagó, por el simple motivo de ser quien era.

Pero no solo eso, en estos años las agresiones homófobas han crecido en nuestro país: en 2019 se registraron 278 posibles delitos de odio por orientación sexual, el número más alto en 5 años. Todo esto sin tener en cuenta aquello que no se denuncia por miedo o por falta de confianza en las autoridades.

Mucha gente se pregunta qué ha pasado en estos tiempos para que hayamos llegado a esta situación, y la respuesta es muy clara: se ha normalizado el discurso del odio desde una parte tan fundamental en nuestro país como son las instituciones, y, desde aquí, se ha llevado al ámbito social y privado.

El ascenso de la ultraderecha y su peligroso discurso desde el propio Congreso de los Diputados o desde las redes sociales supone que tengan un gran altavoz con el cual legitiman los pensamientos que tengan otras personas que estén dispuestas a transformarlos en violencia.

El problema radica en que, mientras en otros países se les pone una línea roja a este tipo de partidos y/o asociaciones (lo hemos visto esta misma semana cuando Bruselas sancionó a Hungría y a Polonia por vulnerar los derechos de las personas LGTBIQ+), en España se les da más voz y visibilidad gobernando con ellos en diversos lugares de nuestra geografía.

Ha llegado el momento de cambiar las cosas, de salir a la calle las veces que hagan falta y de reivindicar los derechos humanos, porque, no nos olvidemos: es una cuestión de derechos humanos, nada más y nada menos.