“Ese rato que está en Crecer Creando es su válvula de escape”

Esto le decía el padre de un niño de 11 años a Santi, de AtlanTICs, durante una entrevista en una feria matemática hace pocos días. Se cumplía una semana desde aquella noche en la que rompí a llorar.

El motivo era que en menos de un mes dos niñas y dos niños me habían dicho algo muy parecido. Decían no sentirse bien en otro lugar, sobre todo en el colegio, entre sus compañeros. Además tres de ellos estaban convencidos de que no servían para estudiar. ¿Que “no sirven” para estudiar? ¿Te suena tan terrible como a mí? Tal vez te sorprenda lo que te voy a decir ahora: todos ellos tienen altas capacidades, al igual que un 27,3% de los asistentes a mis actividades durante este curso. Dos de los cuatro también tienen TEA.

Es natural que los niños tengan ganas de aprender. En estos casos, antes de cumplir 9 años ya buscaban información sobre materias destinadas a adultos. Sin embargo, muchos desde los 9 ó 10 años, y algunos desde antes, odian ir al colegio y no consiguen mantener la atención cuando intentan prepararse para un examen. Hace dos días una niña me confesaba “sé que soy tonta”, muy bajito, sintiéndose culpable por usar esa palabra y que se pudiera interpretar como un insulto. Me resultó desgarrador.

Me esfuerzo en mostrar a cada niña y niño que es brillante y especial y que todos y todas son brillantes y especiales. Los que me lo ponen más difícil tienen superdotación y la autoestima muy baja. Sin embargo, sus profesores suelen juzgarlos de “prepotentes”, a pesar de su humildad, empatía y altruismo.

Ayer hablaba con mi hija mayor sobre este tema y diferenció entre capacidad intelectual y capacidad “motivacional”, subrayando que la segunda es la que más peso tiene en la báscula del éxito y el fracaso dentro de este sistema educativo. Personalmente, soy muy emocional y sólo rindo por motivación, así que me resultó fácil comprender a qué se refería. En diez días creé y diseñé una colección entera de juegos matemáticos y de ingenio para adultos, parando a dormir dos horas cada dos noches. Sin embargo, hay semanas en las que me bloqueo y me frustro, incapaz de sacar adelante el trabajo diario.

“¿Tú eres autista?” Esta pregunta formulada por un niño de 9 años a otro de 11 durante una de mis clases; abría una conversación tan enriquecedora como conmovedora. Doce niñas y niños charlaron sobre autismo, TDAH y altas capacidades, con deliciosa normalidad, hablando de sí mismos, comparando, comprendiendo y sintiéndose comprendidos… Sin tabús. La llave del cambio en la educación, desde el asiento del maestro, radica en la capacidad de abrir la mente, alejarse un poco de sí mismo y ver a los demás…VERLOS DE VERDAD, sin juicios ni prejuicios.

“Algunos niños llegan a clase con mochilas que pesan demasiado”. Una profesora de Educación Infantil iniciaba así un debate en un coloquio sobre educación hace una semana. Por supuesto, no se refería al peso de los libros, sino a la carga emocional por diversos problemas. Me sorprendió gratamente oír en boca de otra persona esas palabras que tanto rondan en mi cabeza. De este tema hablaremos en el siguiente artículo.