El insomnio

El insomnio se define como la percepción subjetiva para iniciar el sueño (insomnio inicial), dificultad para mantener el sueño (insomnio medio), despertarse demasido temprano (insomnio terminal) o, aunque con menos frecuencia, con queja de un sueño de mala calidad, no reparador.
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En cuanto a la duración, el insomnio puede ser agudo (dura menos de cuatro semanas) o crónico (que dura mas de cuatro semanas), teniendo en cuenta los síntomas que se producen al menos tres noches a la semana.

Existen plantas, siempre bajo supervisión médica por posibles interacciones con otros fármacos que se estan usando, que pueden ayudarnos a mejorar esta deficiencia en nuestro descanso. Vamos a citar alguno que pudiera ser de nuestra utilidad:

Lúpulo: Responsable de la restauración de un sueño reparador gracias a sus propiedades hipnóticas y sedantes. La parte utilizada de la planta son los estróbilos del lúpulo con una composición muy interesante en flavonoides y una resina aceitosa además de taninos y un aceite volátil.

Valeriana: La parte utilizada es la raíz de esta planta, muy útil en el tratamiento de la ansiedad, el insomnio, la irritabilidad y los trastornos del sueño de origen nervioso. Los extractos de valeriana se han utilizado durante siglos para aliviar el nerviosismo y la ansiedad a través de un sitio de unión específico en el receptor GABAA con afinidad por el ácido valerénico y el valerenol, componentes de la valeriana común.

Pasiflora: Sus partes aéreas se utilizan con propósitos sedantes, ansiolíticos y antiespasmódicos. El conjunto de la planta se ha utilizado en el insomnio, la ansiedad y otros trastornos del sistema nervioso central, debido a que posee en su composición alcaloides y flavonoides.

Rodiola: Que posee una acción estimulante y adaptogénica bien documentada. De actividad beneficiosa protectora del estrés. Su principal componente activo es la rosavina.