Teatro

"Morte Accidental dun anarquista": las cloacas del estado sobre las tablas

Muerte accidental de un anarquista es, todavía hoy en día, una sacudida hilarante a los abusos de poder y al terror que el estado utiliza para someter a los individuos más subversivos.
"Morte Accidental dun anarquista": las cloacas del estado sobre las tablas
Morte accidental dun anarquista
Morte accidental dun anarquista

Reírse de la estulticia de aquellos que arbitrariamente se alzan como los verdugos de la sociedad contestataria sigue siendo el antídoto contra la parálisis del que no se atreve a señalar la injusticia.

Más de 50 años después de su estreno, la más famosa obra de Darío Fo, pasó por el teatro Rosalía De Castro de A Coruña. La dirección de Cándido Pazó hizo estallar en carcajadas al público herculino y su elenco se ganó el aplauso arrebatado de los presentes.

Entre 1969 y 1974, Italia estaba siendo sacudida por una oleada de terror desde el estado. Con la excusa de la persecución de “aquellos peligrosos activistas de izquierdas”, la estrategia oficial se escoró más de la cuenta hacia el fascismo y las bombas y atentados llegaron a las calles italianas. El dedo acusador, rápidamente, se dirigía a los comunistas, anarquistas, sindicalistas o estudiantes de izquierdas y el caso quedaba cerrado. La policía encontraba, uno tras otro, los perfectos chivos expiatorios para seguir dibujando un retrato de violencia “roja”. 

El caso más sangrante en esa oleada de crímenes del estado, disfrazados como atentados políticos, sucedió en Milán en el diciembre de 1979, cuando una bomba en un banco mata a 16 personas y deja un sinfín de heridos.

Un mes más tarde, continuando con la charada criminal, se realiza una redada entre conocidos militantes de izquierdas. Entre ellos se encontraba el ferroviario Giuseppe Pinelli que, después de varios días de intensos interrogatorios policiales, “es suicidado” desde la ventana de la jefatura de policía. Un juez archiva el caso porque, según todos los indicios, el anarquista Pinelli habría sufrido un brote de locura.

Un año después de la “muerte accidental” del ferroviario, Fo estrena su obra en una fábrica abandonada. En ella, un sainete político, un loco es detenido por fingir ser psiquiatra y, mediante sus bufonadas, termina por deshacer el entuerto y evidencia el poco sustento de la hipótesis del suicidio del anarquista. La denuncia de Fo es punzante e irónica. Dibuja un acertadísimo retrato de la incompetencia del poder y de lo absurdo de sus subterfugios criminales. En pocas palabras: saca a la luz del día a las cloacas del estado para que todos veamos lo ridículas que son sin la pantalla de secretismo institucional que las cubre.

Morte accidental dun anarquista 2
Morte accidental dun anarquista 2

Toño Casáis, Marta Ríos, Diego Rey, Dani Trillo, Artur Trillo, Xurxo Barcala y Rubén Prieto son el elenco de la compañía Talía Teatro encargados de dar vida a las inmortales líneas de Darío Fo. En A Coruña su éxito fue rotundo. El público pudo reflexionar, reír y sentirse parte de un guiño irónico a los abusos de poder.

La obra que disfrutamos en el Rosalía De Castro, este pasado fin de semana, sigue siendo de rabiosa actualidad… ¿Quién no ha leído lo macabro de las actuaciones policiales y de inteligencia españolas? ¿Quién no le pone nombre a ese comisario “torrentino” que tapa sus crímenes con cualquier excusa y trata con vulgar condescendencia a la periodista que conoce la verdad?

"Morte Accidental dun anarquista": las cloacas del estado sobre las tablas