hortas urbanas

El reencuentro de la familia de las huertas de Agra

Desde que las huertas del Agra cerraron sus puertas, para volver a concurso y sufrir algunas remodelaciones, se contaban por decenas los vecinos que no veían el momento de volver… Volver a plantar, pero sobre todo volver a reunir esa comunidad que a modo de familia labrega, se ha convertido en un lugar predilecto para tantos y tantas.
El reencuentro de la familia de las huertas de Agra
Hortas da Agra
Hortas da Agra

La semana de entre el 11 y el 13 de mayo se adjudicaron las 118 parcelas y las 10 mesas de cultivo. Los jubilados y jubiladas fueron los primeros en recibir la buena noticia. Después le tocó el turno a los demás a partir de los apellidos que comenzaban por la V, tal y como se decidió por sorteo.

El reencuentro de “a xente da horta” había sido ansiado con impaciencia y, por eso, la celebración no se hizo esperar. “O reencontro foi moi alegre, moi fermoso. De feito xa fixemos dous picoteos dos nosos e incluso celebramos o cumpleanos de Pura, que cumpríu os 90 aniños.”: nos relató una usuaria.

Desde la asamblea de bienvenida la comunidad pudo observar que eran bastantes las novedades, en sus propias palabras: “algunhas boas e outras non tanto.”. La obra realizada al cierre del ciclo anterior, trajo consigo una pérgola que sirve de espacio de encuentro y descanso. Sin embargo, no está tapada y eso significa que la huerta sigue sin tener un hueco de sombra. Además, el material con el que se hizo el suelo y su irregularidad provoca estancamientos de agua que terminan por inundar algunas huertas: “O material que botaron no chan non sabemos qué é, pero fai unha lameira terrible”.

Estas y otras incomodidades se las relataron los usuarios y usuarias a la técnica de medioambiente responsable. No obstante, el ayuntamiento insiste en que, al tratarse de un espacio autogestionado, la responsabilidad es de los adjudicatarios. “Creo que faltan moitísimas melloras… Dende arranxar a caseta, ferramentas, as billas que rompen… Fai pouco fixemos un bote para cubrir o teito da pérgola para ter algo de sombra… O concello está proclamando autoxestión e non facilitan as cousas”: afirma una usuaria. 

Pese a estos inconvenientes, las huertas del Agra siguen siendo una enorme ilusión para todos y todas las que participan en ellas. Por eso la comunidad no deja de proponerse nuevos retos y proyectos para mejorar las instalaciones y hacer crecer su familia. Ahora mismo están esperando a la adjudicación de las últimas 25 huertas que, por distintos motivos, todavía están sin trabajar. En cuanto estén todos celebrarán la llegada del verano. En este nuevo ciclo “A xente da horta” se ha juntado para limpiar el río y realizar el mantenimiento de los caminos porque saben lo importante que es el cuidado del entorno para la salud de sus cultivos. 

Quizás uno de los proyectos más emocionantes que nacen con esta nueva etapa es el de convertir el espacio dedicado a huerta comunitaria, en el recuncho de los más pequeños. Una idea que tiene muy en cuenta la importancia de la convivencia intergeneracional, con la que las más mayores pueden compartir su saber con las más pequeñas. Para los niños y niñas que participen en este laboratorio labrego infantil será una experiencia enriquecedora con la que asumirán responsabilidades, fortalecerán el vínculo con la naturaleza, aprenderán sobre cultivos y dieta variada…”O cultivo require usar as mans para mover a terra, utilizar e coñecer diversas ferramentas, as máis pequenas traballarán tamén a motricidade fina e gruesa, a poñer en valor o seu traballo, ao mesmo tempo que se divirten e traballan en equipo”: señala el documento en el que se refleja la propuesta. 

gato en las huertas
gato en las huertas

Es obligado pasearse por las huertas del Agra. El desarrollo y la mejora en las prácticas de los usuarios es evidente. Cada día están  más bonitas. Ahora mismo si te acercas por allí podrás observar el reinado del soberano tomate en todas sus formas y modalidades, al parecer una de las elecciones predilectas de esta comunidad. También destacan las berenjenas, los calabacines y las lechugas. No faltan sandías y melones, ni tampoco algunos descuidos de novatas que pensaban estar plantando judías trepadoras cuando en realidad eran todo lo contrario. Tropiezos aparte, es una fortuna tener un espacio como este en el barrio. Más aún con la red de cuidados que ha tejido esta comunidad donde se escuchan y acompañan ante todo. “É unha fantasía volvernos a estar xuntos… Estamos ao noso aire”: señalan las usuarias. 

Además, por si todo esto fuera poco, la familia crece incluso cuando nadie mira. De forma subrepticia una mamá felina se ha hecho con el control de la huerta para añadir a la comunidad cuatro cachorros de gato atigrado que conquistan los corazones de todos. Si es el tuyo el que conquista no dudes en preguntar y en acercarte para adoptar.

El reencuentro de la familia de las huertas de Agra