¿Hacia adónde vamos ?

Hace algo más de sesenta años, llegué a Los Mallos.
Discusión
Discusión

Primero fue el colegio Atenea, luego la academia Teiva, más tarde, el colegio Los Mallos. En el ínterin presidí el Centro Social Sagrada Familia y una asociacion de ex alcohólicos con mi querido amigo Chema. Fundé y durante muchos años, presidí, Distrito Mallos. No olvido los años en la Federacion de Comercio. Y mis pinitos en política como presidente provincial del CDS de mi recordado y querido Adolfo Suárez. Y me olvidaba de CENJUMAL (Centro Juvenil Mallos).

Mi gran error: Aparcamiento Los Mallos. Yo nunca he sido empresario, siempre trabajé con un sueldo en los colegios y desinteresadamente en los demás cargos. Los vecinos me pidieron que gestionara la construcción.La necesidad era enorme, y yo, tonto de mí, comencé a recolectar el dinero. Los vecinos venían, me entregaban el dinero a mí, o a la gestoría de Vidal. La gestión fue complicadísima y la hice desinteresadamente, los vecinos entregaban su dinero, ni una desconfianza, pero el dinero quedó corto y en vez de 100 plazas de rotación fueron 50. 

Todos los entendidos dijeron que así no era rentable y los 11 socios que firmaron conmigo la constitución de Aparcamiento Los Mallos S.L., como yo insistía en la necesidad y en el bien del barrio, me nombraron Administrador Único y Gerente y asumí solito la responsabilidad. 

Los vecinos y los comerciantes, encantados, todo eran felicitaciones y aleluyas. 

Esta fue la salida de la “carrera”.

A los 10 años los señores cesionarios dejaron de tener reuniones, y por tanto congelaron los pagos por mantenimiento, vigilancia, energía, etcétera.

A los 20 años un montón de morosos.

A los 24 años se ordena la comunidad gracias a un vecino que voluntariamente se ofreció al ver el fatal estado de las cuentas de la comunidad, y se ponen al día pagos y reuniones.

A los 26 años, aprovechando el terrible incendio del aparcamiento, se rechazan los acuerdos aprobados por la asamblea, estando el Aparcamiento cerrado, y por tanto sin ingresos de la rotación (las 50 plazas de la rotación generan el dinero de la mitad de los gastos de las 512 plazas).

En 26 años, de la confianza y alegría de los vecinos por su aparcamiento realizado con el esfuerzo común, hemos pasado a la desconfianza, el enfrentamiento, el incumplimiento de acuerdos asamblearios y lo que es aún más doloroso: al insulto.

No trato de defenderme yo, me estoy poniendo como una muestra vivida, de lo que percibo en esta sociedad. No tratamos de construir, tratamos de despreciar. El “y tú más” reina en política, reina en las asociaciones, en los vecinos. Lo importante no es hacer, ayudar, construir... lo importante es insultar, denunciar, dañar. 

Desde el desgraciado incendio y el cierre del parking me han llamado: ladrón, machista, inútil, muérete de una vez, etcétera.

POR ESO PREGUNTO: ¿HACIA ADÓNDE VAMOS?