La pasión desde pequeña

Desde que era niña, Andrea siempre se sintió atraída por los estilos de peinado masculino. 

Su hermano mayor solía experimentar con diferentes looks, y a ella le encantaba observarlo. Además, cada vez que visitaba la peluquería, se quedaba fascinada con el trabajo de la peluquera. 

Con tan sólo 16 años, Andrea decidió comprar una máquina de cortar pelo y empezar a practicar con su propio cabello. Aunque sus primeros intentos no fueron perfectos, contó con la ayuda de su madre para arreglarlos. Sin embargo, estas experiencias iniciales la motivaron a seguir aprendiendo y practicando.

Formación y crecimiento profesional

Decidida a convertir su pasión en profesión, Andrea se formó en barbería. Un amigo le recomendó la Academia Formas, donde no sólo adquirió conocimientos técnicos, sino que también disfrutó de una experiencia enriquecedora gracias a las personas maravillosas que conoció. Aunque salió de la academia con un título y una formación sólida, Andrea continuó su formación con diversos cursos especializados en barbería.

Con tan sólo 17 años, Andrea comenzó su carrera como aprendiz en una barbería al lado de su casa. El barbero de toda la vida estaba encantado con las habilidades de Andrea.

De aprendiz a emprendedora

Tras trabajar durante cinco años en diferentes franquicias, Andrea decidió  iniciar su propio proyecto. Así nació “Big Minds”, su propia barbería donde no sólo ofrece cortes de alta calidad, sino que también se enfoca en brindar un servicio personalizado adaptado a las características y facciones de cada cliente.

Más que una barbera

Para Andrea, su trabajo va más allá de la barbería. Aunque disfruta enormemente cortando el pelo, lo que realmente la motiva es su pasión por las personas y su deseo de ayudarlas.

Andrea se especializa en cortes personalizados, adaptando cada estilo a las facciones y preferencias individuales de sus clientes.