Opinión: Abel García Pantín

El trabajo (IX)

Otra vez llegó la suerte del trabajo de mano de la noche, el bar y la gente que conoces. Esta vez fue un colega con el que había vivido quién me brindó la oportunidad. A pesar de todo el rechazo que sentía en ese momento concreto y preciso de mi vida, y que todavía siento ahora, por la noche, los bares y la sociedad, tengo que reconocer a regañadientes que la mayoría de las “oportunidades laborales” que me han surgido últimamente proceden precisamente de ahí.

El trabajo (VIII)

Mi siguiente trabajo llegó de nuevo a través de un colega. Una noche de verano en la que coincidí con él en el bar donde paramos habitualmente mencionó que quizá había un sitio para ir a la vendimia en Septiembre.

El trabajo (VII)

Mi nuevo trabajo y el primero desde hacía mucho tiempo llegó a través de mi pareja. Ella oyó a un amigo en común que en su trabajo buscaban a gente. Una empresa dedicada a la carga y descarga en los eventos en la ciudad. 

El trabajo (VI)

El siguiente trabajo que tuve ni siquiera llegó a serlo. Estuve dos semanas en prácticas y después abandoné, fue tiempo suficiente para darme cuenta de que aquello no era para mí. 

El trabajo (V)

Acababa de mudarme a otro sitio tras mi último fracaso y posterior huida, y me decidí a buscar trabajo en el periódico. Quizá fue la única y la última vez que encontraría un trabajo buscando en el periódico. 

El trabajo IV

El cuarto trabajo que tuve vino a través de un amigo mío de toda la vida. La cosa consistía en ir en furgoneta con el jefe a repartir enciclopedias que previamente ya habían sido vendidas por un comercial, solo que mi jefe también era comercial y sobre esa venta trataba de hacer otras.

El trabajo (III)

Mi tercer trabajo fue en una empresa de reparto de publicidad. Fue un amigo quién me comentó la cosa.

El Trabajo (II)

Mi segundo trabajo fue en una cristalería que había como a media hora de la ciudad, en una localidad más pequeña hacia el interior. Yo tenía 18 años.

El Trabajo

Recuerdo mi primer trabajo. Tenía 17 años y era en un restaurante de bodas, bautizos y comuniones al borde de la carretera, en las afueras de la ciudad.